Premio Nobel de Física 2020: la formación de agujeros negros y el agujero negro supermasivo en el centro galáctico de la Vía Láctea
El concepto de agujero negro es también un concepto geométrico en el sentido de que su composición es irrelevante. Además, el concepto de agujero negro es revolucionario: a pesar de que Karl Schwarzschild encontró el primer modelo de agujero negro en 1916, no fue hasta finales de los años 50 que comprendimos su naturaleza.
Roger Penrose fue pionero en la década de 1970 en una nueva forma de estudiar la Relatividad General, con nuevos métodos y técnicas, que aclararon el hecho de que los agujeros negros no son solo soluciones extrañas de la teoría sino la consecuencia inevitable del colapso gravitacional y por lo tanto deben ser objetos omnipresentes en nuestro universo. Por otro lado, la evidencia observacional más convincente de la existencia de los agujeros negros (sin contar las recientes observaciones del detector de ondas gravitatorias LIGO que ya obtuvo el Premio Nobel) proviene de las observaciones del centro galáctico realizadas desde principios de los años 90 por los grupos de investigación dirigidos por Reinhard Genzel y Andrea Ghez. Al monitorear las estrellas que orbitan la región de Sagitario A* concluyeron que debe haber un agujero negro supermasivo que arrastre a esas estrellas a tales órbitas. Y esta es la explicación más conservadora que tenemos para este sistema.